Cuando los paisajes se vuelven monótonos, nos encontramos con la sensación de "la vista agotada". Es ese momento en el que nuestros ojos pierden interés ante la falta de noveldad. A veces, es solo una muerte momentánea del deseo por explorar y descubrir. Otras veces, puede ser un signo más profundo de nuestra necesidad de cambio y exploración